La lógica dicta que si decides escribir una historia con formato de trilogía, la calidad de los libros debería ir de menos a más para asegurar el fiel interés del lector. Por desgracia la experiencia sugiere un patrón distinto pues, tras unas cuantas trilogías, uno de los lugares comunes es que el segundo volumen suele ser el más flojo. Me gustaría poder decir que ésta que nos ocupa respondía a la lógica del in crescendo, pero una vez concluido The Subtle Knife, me acojo a la segunda hipótesis y espero encarecidamente que sea un caso de zozobra en el segundo eslabón.
Para poner las cosas en su justo lugar, no es que el libro sea malo ni mucho menos, simplemente es que no está a la altura de las ingentes expectativas que planta su predecesor en la mente hambrienta que lee. Reseñarlo en soledad es tan frustrante como intentar entender una respuesta sin conocer el enunciado de la pregunta. Pero uno esperaba, contra la inflexible estadística, que esta respuesta fuera igual de sugerente que la pregunta que formula The Golden Compass. Bien, no ha sido así, superémoslo y, sin caer en aquello de medir al hermano menor con el molde del mayor, intentemos analizar qué sobra y qué falta.
Que el personaje principal haya dejado de ser el portador universal del punto de vista, ha sido un golpe duro. Un nuevo personaje protagonista recoge su testigo y, a mi parecer, carece de la fuerza de la niña que sostiene el peso de la historia anterior sobre sus hombros. Aunque apunte maneras de cara al tercer episodio, eso no lo niego. La misma niña y su daemon (de nuevo, pasen y lean) se desdibujan aquí y se hacen subsidiarios de una trama que peca un tanto del abuso del Deus ex machina.
Lo bueno, que lo tiene y mucho, es que el ritmo del libro se va acelerando a la par que la historia se desenvuelve, como un regalo de ésos tan perfectamente empaquetados que abrirlos da casi pena. Y lo que era una novela de aventura y fantasía va adquiriendo los tintes de algo mucho más profundo y trascendente. Algo que le hace a uno dudar aún más, si era posible, de su pertenencia al género de la literatura juvenil. Porque ese regalo que se esconde al final y que, espero, se corresponda a la riqueza del envoltorio, es algo oscuro y complejo no apto para los estómagos más sensibles.
The Subtle Knife (traducido como La Daga, ¿qué costaba -digo yo- añadirle un "sutil" al título en castellano?) no ha sido llevada al cine. Parece que la intención era filmar toda la trilogía y que de momento el proyecto está parado, unos dicen que por la mala respuesta que recibió la primera película, otros se apoyan en una teoría del complot que no puedo desvelar sin hablar de más de la trama. Baste esto sin embargo como prueba, de que los conceptos que maneja Pullman tienen su enjundia y pueden molestar a más de un lector no avisado.
Como ya dije, accedí a esta trilogía en un solo paquete, pero aunque no hubiera sido así, después de leer esta segunda parte, por mucho que me haya decepcionado un poco y que hubiera deseado que no fuera tanto un trámite, no podría dejar de buscar y devorar el tercer volumen. Demasiadas piezas están sobre el tablero como para no querer saber cómo acaba la partida y si su creador está a la altura del desafío que él mismo se ha lanzado.
Próximamente en este blog: The Amber Spyglass, de Philip Pullman
Pasen y lean...
1 comentario:
Voy a aprovechar este momento para comentar que esta edición (vistas las portadas) es una preciosidad, y que me encantaría echarle un vistazo... codicioso.
Por otro lado, quiero dar voz a esa frustación constante que tengo con cada nueva traducción que de los títulos se hacen en esta trilogía. Los traductores viven de esto, ¿no? Entonces, ¿por qué cualquier mindundi como yo es capaz de ver los fallos y encontrar mejores soluciones? Y no quiero hablar de la horripilante película que hicieron para que no me hierva la sangre del todo.
Lo cierto es que me leí estos tres libros como tú, del tirón. Por eso ahora, desde la distancia temporal, me cuesta aislar las sensaciones que me produjo cada uno por separado. Pero creo que asocio este segundo libro con la emoción de la anticipación. Una pausa antes de la tempestad. La vida se detiene, ves los colores más nítidos, tu cerebro procesa mucha información en poco tiempo. Entonces contienes la respiración, y saltas al siguiente libro...
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