jueves, 3 de mayo de 2012

The Wild Girls plus...

Ya hablé aquí alguna vez de Vlaisnut y su afición por las ediciones raras, pues bien, debería extenderlo a las editoriales pequeñas y curiosas. Es el caso de PM Press, un grupo interesante de gente que se precia de publicar materiales radicales y desafiantes. Entre ellos su colección Outspoken Authors (algo así como Autores Francos) que, en dosis breves pero intensas, elige a autores consagrados en sus respectivos géneros para publicarles un pequeño volumen con un relato y algún otro escrito, amén, claro está, de una entrevista de las de tenedor y cuchillo.

Comenté en su día que estaba intentando aficionarme al formato, para mí poco frecuentado, de los cuentos y las historias cortas.  Es justo reconocer que, si no me he aventurado antes por sus vericuetos es probablemente por mi tendencia ancestral a acercarme a los libros casi gravitatoriamente. Mis últimas lecturas me han dado de bofetones al respecto y he aprendido por la vía dura que a veces lo bueno, si breve, es tremendamente difícil de hacer bien... Pero cuando se hace bien, ah lectores! cuánto pesan entonces las páginas de más a las que algunos autores son tan aficionados.

El relato elegido para esta ocasión por Ursula K. LeGuin, de la que ya he hablado en alguna reseña anterior, ha sido The Wild Girls. Tan breve que se lee casi por sorpresa, tan sencillo y carente de aparato que convierte la maestría en condición sine qua non. Crear un mundo de fantasía creible que contenga una historia dotada de enjundia y hacerlo en 50 páginas (más o menos) ya es suficiente desafío. Añadirle un estilo que demuestre, una vez más, que el silencio de mil voces es más atronador que los fuegos de artificio, es el don de esta autora. Que nadie espere sentirse bien al leerlo, pero que nadie espere tampoco irse de vacío al final.

Dos ensayos cortos acompañan al relato: una reflexión sobre la modestia, cualidad enajenada donde las haya en nuestros días y una crítica feroz al capitalismo absurdo y bulímico de un mundo editorial gobernado por multinacionales. Esta crítica sólo puede ver la luz en papel impreso, desde luego, y como alguien me dijo, desde la ventaja de los años y el prestigio de una escritora como LeGuin, pero es de agradecer que alguien se moleste todavía en pronunciar ciertas verdades. Los monstruos que paren best-sellers a granel y que deciden al final qué leemos y qué no, merecen al menos que quede claro que lo sabemos. 

Finalmente, la entrevista final, larga y contundente, masticable, nutritiva, incómoda y sin frenos. Cuando un autor es como sus libros y sus libros son como los que escribe esta mujer, ¿qué más puede decirse? Pues que aunque procuro en la medida de lo posible no hacer citas textuales de las obras que aparecen por la librería de Koreander, estiro hoy un poco las normas para permitirme el lujazo de aplicarme su definición de sí misma "soy una lectora rápida y descuidada, me permite leer deprisa lo malo y releer muchas veces lo bueno".

Próximamente en este blog: El Prisionero del Cielo, de Carlos Ruiz Zafón

Pasen y lean...


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